Éste es el primero de tres breves comentarios relacionados con la consulta soberanista que quieren llevar a cabo algunos dirigentes de la Generalitat.
I
A uno no le gusta entrar en rifirrafes políticos
de tertulia y taberna, y menos en los que se dirime algo tan importante como la
unidad de la familia española en la que somos hermanos e hijos de una misma
madre todos los pueblos y todas las personas que habitamos España.
Pero ha llegado el momento de expresar lo que se siente y
piensa acerca de la tormenta que se cierne sobre Cataluña, para muchos nuestra
segunda casa. Tormenta que puede acabar en un cataclismo de irreparables
consecuencias si no interviene a tiempo el seny
que tanto y siempre ha caracterizado a los habitantes de Cataluña, tanto si son
hijos naturales como si son hijos adoptivos. Y digo seny y no intervenciones de ningún tipo de violencia, que quede muy claro. El seny (“sensatez”,
“cordura”) es la sana capacidad mental que predispone a una justa percepción de
los problemas para actuar adecuadamente.
Llegados a este punto, es hora de formular una
pregunta: ¿están actuando con verdadero seny
los políticos catalanes que buscan por todos los medios dividir entre sí a los
habitantes de Cataluña y separar a éstos del resto de los españoles?
Si es así, deberían recordar las palabras de uno de
los poetas catalanes más grandes de la historia, Joan Maragall (Barcelona, 1860-1911),
que en su artículo Visca Espanya!
dice entre otras cosas ya en su primer párrafo:
“Espanya és
això que es mou i s’alça i parla i planta cara als que fins ara han viscut de
la seva mort aparent.” (España es esto que se mueve y se alza y habla y planta
cara a los que hasta ahora han vivido de su muerte aparente.) Y a continuación:
“Ja no necessitem ningú que ens ensenyi, sinó que nosaltres
podem ensenyar-ne; i ja n’hi ha que comencen a apendre’n de cridar-ho com
nosaltres: ja és a València, ja és a Aragó, ja és a Bascònia, ja és a Andalucía
que s’alcen veus responent a la nostra. I aviat serem més els que sabrem
cridar-ho així que no pas els que ens ho volien fer cridar de l’altra manera; i
quan nosaltres siguem els més, i els que no hagin pogut apendre-ho al nostro
modo sien els menys, allavores els separatistas seran ells.” (Ya no
necesitamos a nadie que nos enseñe, sino que nosotros podemos enseñarle a él; y
ya hay quienes comienzan a aprender a gritarlo como nosotros: ya es en
Valencia, en Aragón, en Vasconia, en Andalucía donde se alzan voces
respondiendo a la nuestra. Y pronto seremos más los que sabremos gritarlo así
que los que nos lo quieren hacer gritar de la otra manera; y cuando nosotros
seamos los más, y los que no hayan querido aprenderlo a nuestro modo sean los
menos, entonces los separatistas serán ellos.) Y, como conclusión: “En aquest “visca Espanya” hi ha tothom que
estimi a Espanya en esperit i en veritat. Els únics que no hi caben són els que
no volen cabre, els enemics de l’Espanya veritable.” (En este “viva
España”se encuentran todos los que aman a España en espíritu y en verdad. Los
únicos que no caben aquí son los que no quieren caber, los enemigos de la
España verdadera.)
Los que no quieran, pues, a España en espíritu y en
verdad, por las razones que sean, que elijan otro lugar donde puedan ser
felices. Pero que no nos quieran hacer infelices a quienes vivimos en este
bello rincón de España orgullosos de ello.
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